domingo, agosto 21, 2011

El Planeta de los Cisnes Transparentes.

Hubo un momento en que Dios hizo la prueba de crear cisnes transparentes en uno de sus planetas piloto. Un sano intento de crear un mundo sin mentiras.

Eran aves magníficas, capaces de dominar el cielo en espirales sinfónicos y de dejar sin habla al resto de los animales que observaban atónitos. Se diría tanto de sus vuelos si quedase tan solo un sobreviviente de ese mundo perdido. El recuerdo de aquellas tardes coloreas por un sol y dos lunas, donde agujereaban las nubes a velocidades increíbles repitiendo la superficie de las montañas heladas, para luego descansar en la mitad de un lago.

Estas criaturas honestas incapaces de mentir sólo podían digerir cosas transparentes, preferentemente vidrios molidos o bien el hielo dulce que abundaba en las alturas de los cerros. Jugaban con medusas, sus únicos amigos, ya que les costaba mucho confiar en alguien que no fuese completamente transparente, y lamentablemente, casi todos tenían algún color. Para ellos un águila era lo mismo que una paloma, un gato que un perro y un lagarto que una iguana, solo seres opacos sin diferenciación. No obstante volaban y volaban encantando a todo el mundo, formaban figuras en el cielo a toda hora, formando letras en una atmósfera analfabeta y figuras geométricas triangulares. Opacaban al resto de los pájaros que simplemente preferían humildemente posarse en las ramas de los árboles a observar.

Todo iba bien hasta que una mañana, en vez de formar triángulos, la bandada se dividió formando dos grandes círculos detenidos en el cielo, que poco a poco se empezaron a alinear. A medio día, los círculos se juntaron en un punto que logró eclipsar al sol, y como una lupa gigante se generó un poderoso rayo que derritió todo.


@edgarchile

Ilustración: fantasyartdesign.com

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